Las relatorías gráficas e infografías surgen de encuentros, conferencias, investigaciones o cualquier espacio en el cual haya ideas flotando para dibujar. Yo instalo una mesa en un rincón o un papel que cubra la pared, para realizar in situ apuntes gráficos de discusiones interesantes, conceptos claves, momentos importantes o simplemente fotografías ilustradas de lo que esté sucediendo. Las ideas siempre son las protagonistas. Después, en otra mesa (la de dibujo, que está en mi casa) estos dibujos suelen transformarse y editarse para ajustar asuntos, pulir detalles, darles enfoque, tiempo y color.
Conviene, generalmente, que antes de todo este proceso exista una o varias conversaciones, para comprender los temas, rumiar ideas gráficas y la experiencia sea más provechosa a nivel creativo. Este tipo de infografías pueden utilizarse para mucho más que exponer cifras y datos: pueden ayudarnos a contar una historia, exponer los hallazgos de una investigación, dar cuenta de los resultados de un proyecto o sintetizar un tema que parece complejo. Toda narrativa tiene una forma que subyace y permite representar gráficamente sus ideas principales y estructuras; también los puntos de vista de quienes la producen.
Las imágenes que aparecen a continuación son ejemplos de contenidos producidos a partir de conferencias, foros, conversatorios, proyectos o investigaciones. En todos los casos se ofrece al lector una síntesis de debates más profundos (es imposible capturarlo todo), pero casi siempre ofrecen un panorama para recorrer de forma ágil y sencilla. Generalmente las Atomografías funcionan como una especie de memoria gráfica, amena de leer, reactivar y compartir.